Ya queda menos para que las Tablas de Daimel se sequen por completo y para que el desierto nos alcanza, haber si te ríes entonces
¿se sequen o las sequemos?
pues las dos cosas, sobre explotación de acuíferos y cambio climático no son incompatibles.
En china son mas vulnerables a subida del nivel del mar por... hay que sumar que la sobleexplotacion de acuíferos hace disminuir el nivel del suelo, en ciudad de Méjico la sobre explotación de acuífero hizo disminuir en 20 metros la altura de la ciudad en algunos puntos
La desedificación de amplias zonas de china con medio millón de campesinos desplazados también tiene mucho que ver con la mala praxis de los agricultores que agrava el dicho cambio climático local
Si ya es difícil relacionar directamente el incremento de la Tº global con la actividad humana debido a las emisiones de GEIS, relacionar la sobreexplotación de acuíferos (también), con el cambio climático es rizar el rizo.
La sobrexplotación de acuíferos puede llevar en los casos más extremos a la degradación de suelos agrícolas (y por tanto al decremento de la fertilidad del mismo), o, a la afección de humedales (caso de las Tablas de Daimiel). No creo que afecte mucho al clima global el hecho de que desaparezcan unos pocos km
2 de lámina de agua (por mucho que nos duela verla desaparecer).
Por tranquilidad de aquellos que se vean afectados por el descenso del volumen de agua almacenada en el Acuífero 23, el nivel del suelo no va a descender. En este caso el acuífero es de origen kárstico, no son gravas ni lodos. Cuando se vacía el acuífero lo único que sucede es que en su interior se quedan poros y galerías llenas de aire (el edificio no se cae).
Además, qué manía con las Tablas de Daimiel (debe ser unos de los entornos más estudiados y conocidos del mundo). Para lo insignificantes que son en términos cuantitativos (imagino que cualitativos también), la importancia que se le concede al asunto.
Ya he comentado alguna vez por estos foros lo que sé y pienso al respecto de las Tablas de Daimiel. Siempre se tiende a criminalizar al personal, en este caso a los agricultores.
Y, bueno, es algo que llega a irritarme. Las Tablas de Daimiel se abastecen (de forma natural), de aportes superficiales (ríos Jigüela, Záncara y Azúer), y de surgencias o manantiales subterráneos (Ojos del Guadiana). Estos últimos son el rebosadero natural del embalse subterráneo que resulta ser el Acuífero 23.
Pues bien, aunque el nivel freático del acuífero descienda hasta el punto de impedir que surja el agua por los Ojos del Guadiana, las Tablas podrían no estar secas si los cauces superficiales llevaran agua. Y éstos no suelen llevar agua debido a tres razones:
1ª Estacionalidad natural de estas corrientes.
2ª Retenciones artificiales en dichos cauces (presas de abastecimiento a poblaciones y usos agrícolas), que incrementan dicha estacionalidad.
3ª Al perderse la conexión cauce fluvial-acuífero (por descenso del nivel freático), cuando llevan agua estos ríos, ésta suele infiltrarse al acuífero de forma espectacular a través de aperturas en el cauce (sobre todo del río Záncara y del canal del aliviadero de la presa de Peñarroya).
Es decir, el problema no son sólo los agricultores. Pero es que aunque lo fuesen, la agricultura no consume agua. El agua la consumimos todos cuando nos comemos el filete y la ensalada. Si no hubiera agricultura de regadío, económicamente viable, no podríamos comer lo que comemos ni al precio que lo comemos.
Por tanto esto es un problema de hábitos (tenemos el mal hábito de querer ducharnos todos los días y de querer comer también todos los días y a ser posible barato).
¿Que es lo que sucede en el entorno de las Tablas de Daimiel? Pues sucede que es un humedal muy sensible a la retirada de aportes hídricos (aunque esta retirada sea tan escasa como lo sería el simple uso doméstico que hacemos del agua). Es un humedal que se encuentra en la cuencal alta del Guadiana, que no se caracteriza por ser una cuenca especialmente drenante ni lluviosa, y en la que además predominan las llanuras de vocación agrícola.
Ya he dicho alguna vez, que si no queremos agricultura, bien. Tampoco hemos querido minas y ahora tampoco queremos astilleros. Se podrá prescindir de estos sectores o actividades. Pero de lo que no podremos prescindir es de los alimentos, y yo pregunto ¿de dónde vendrán y a qué precio? ¿Vendrán de un lugar donde no haya impacto en el medio ambiente? ¿Serán seguros? ¿Nos podemos permitir el lujo de no ser soberanos en un tema tan delicado como es la alimentación? (¿Pudiendo serlo?).