EL ARTICULO DICE ASÍ:
Los cambios en el clima de la Tierra ocurridos durante los últimos años han hecho que tanto la comunidad científica como la opinión pública estén inmersos en un acalorado debate sobre el calentamiento global de la atmósfera y la influencia que el hombre puede ejercer sobre el clima.
Debido a la gran importancia de la cuestión, cuyos problemas derivados dejarían sentir sus efectos en la práctica totalidad de los habitantes del planeta y de la que se podrían derivar medidas correctoras que alterarían notablemente los sistemas productivos industriales existentes así como la vida cotidiana de los ciudadanos de los países industrializados (e incluso las posibilidades de desarrollo de los países en vías de alcanzarlo), asistimos a una discusión que traspasa el ámbito académico y en el que las presiones políticas e intereses económicos cobran una importancia capital.
La dificultad de los estudios climáticos globales, en los que hasta poco tiempo se carecía de la capacidad para abordarlos con un margen de confianza necesario, ha añadido elementos a la polémica. Por un lado, es sólo durante los últimos 20 años cuando los avances tecnológicos han comenzado a suministrar las herramientas de observación necesarias para recoger la compleja mezcla de datos y los sistemas informáticos precisos para el tratamiento que sus análisis requieren. Por otro, la falta de unicidad en las conclusiones que los diferentes estudios parciales pueden arrojar es fuente continua de posicionamientos en pro y en contra de las hipótesis que señalan a la influencia humana como responsable principal del problema, cuyo máximo exponente son las oscilaciones y correcciones en las previsiones referentes a incrementos de temperatura previstos para los próximos años, o incluso en las variaciones producidas en el pasado.
Estoy de acuerdo en todo, excepto en lo señalado en negrita.
La causalidad antrópica no es el principal agente de la variabilidad climática, he dicho muchas veces ya que el principal agente de la variabilidad es el propio motor, el sol.
Lo que critico es la exageración del mitosyfraudes al decir que los gases de efecto invernadero sólo influyen un 1% y que por tanto el hombre influye un 0'01%, eso es totalmente falso.
El sol sigue siendo la principal causa en los últimos 30 años (con un 60 o 70% de la responsabilidad) y el incremento de CO2 (la gran mayoría oceánico) es entre el 30 y el 40% responsable, según los últimos modelos más perfeccionados.
El CO2 de origen antrópico
debe ser (no lo se exactamente) entre el 1 y el 5%. Pero lo importante no es lo que emitimos, sino cuando lo emitimos. Emitiendo gases en invierno estamos rompiendo el ciclo de emisiones oceánicas y éstas se aceleran muy débilmente. Pero la aceleración es medible!
De todos modos, lo importante no es lo que hayamos podido influir ahora, sino lo que podemos llegar a influir. Si seguimos catalizando y acelerando las emisiones oceánicas (cuando más CO2 se emite en invierno, más CO2 oceánico se emite en verano) podría llegar el punto a duplicarse el CO2, y en ese caso el forzamiento radiaticvo del CO2 podría ser más importante incluso que los pequeños mínimos solares de cada 11 años. Por ejemplo ¿se nota que estamos cerca del mínimo de 2006?
La cuestión ha alcanzado un punto en el que incluso se ha llegado a insinuar que en determinados casos se han favorecido estudios en uno u otro sentido (lo cual no quiere decir, por supuesto, que se falseen datos, sino que aquellos trabajos cuyas conclusiones coinciden con algunos posicionamientos pueden verse posteriormente beneficiados frente a otros a la hora de recibir fondos suplementarios o una mayor difusión).
No obstante, con toda seguridad la fuente última de las discrepancias radica en el hecho de que estamos comenzando a entender los complejos sistemas que intervienen en la regulación climática de la Tierra, en la que intervienen múltiples factores y complicados mecanismos de retroalimentación.
Efectivamente. Muy de acuerdo. Y quiero remarcar lo en negrita. Un sistema caótico está complejamente ligado con interacciones retroalimentativas, por tanto, una pequeña modificación de una variable puede desencadenar grandes variaciones. Ese podría ser el caso del CO2, que al emitir continuamente, podríamos estar rompiendo un perfecto equlibrio a corto plazo (cuando el sol se mantiene prácticamente constante, excepto los ciclos de 11 años)
Con todo, parece existir un consenso general respecto al hecho de que asistimos a un lento y paulatino calentamiento global. Por término medio se barajan cifras entre los 0,4 y los 0,8ºC durante el último siglo XX (según se expuso en la conferencia de presentación con motivo de la Sexta Conferencia de las Partes para el Grupo de Trabajo sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas, el 13 de noviembre del 2000, realizada por Robert T. Watson, quien ocupa la presidencia del Grupo de Expertos sobre Cambio Climático, IPCC).
Si ampliamos los datos hasta el siglo pasado, diversos estudios suelen coincidir en que entre 1860 y 1992 se produjo un incremento global medio de unos 0,6ºC
Ver: Intergovernmental Panel on Climate Change, IPCC. Climate change 1995: the science of climate change, eds. J. T. Houghton et al., WMO and UNEP, Cambridge University Press, Cambridge, (1996).
Obviamente, existe un consenso entre los físicos, con muy pocas discrepancias cuantitativas, no cualitativas. Pero sin embargo el mitosyfraudes por ejemplo se empeña en negar el hecho del calentamiento (sea como sea, aprovechándo cualquier artículo y exagerándolo mucho)
Pero quizá el hecho que ha disparado las alarmas es que a pesar de que ha habido también periodos con estancamientos y ligeros descensos en la temperatura (por ejemplo entre 1945 y 1970), durante los últimos 20 años asistimos a un aumento más acusado de la temperatura global media tomada en superficie.
En mi opinión, todo calentamiento hasta 1950 ha sido causado casi totalmente por el sol. El efecto del CO2 no se empieza a sentir realmente hasta 1970.
CO2 y los gases de efecto invernadero.
El papel que las diferentes actividades humanas juegan en este incremento ha sido y continúa siendo objeto de un intenso debate. Conocida la capacidad que tanto el CO2 como otros gases pueden tener para provocar el llamado efecto invernadero (*), parece lógico pensar que las grandes cantidades de estos gases vertidas a la atmósfera ejerciesen una lenta pero paulatina influencia.
(* La atmósfera es bastante transparente a la radiaciones solares de onda corta, que inciden sobre la superficie terrestre y provoca un calentamiento de la misma, en parte devuelto como radiación infrarroja emitida hacia la atmósfera. Pero algunos de los gases que esta contiene, como el dióxido de carbono, el metano o el óxido nitroso, pueden funcionar como una pantalla reflectante que impide que parte de la radiación infrarroja escape al espacio. A mayor proporción de dichos gases, más intenso es el fenómeno).
En este sentido, la mayoría de la comunidad científica coincide en que la emisión de gases de efecto invernadero así como otras partículas fruto principalmente de procesos actividades humanas como industria, transporte, y calefacción, junto con la deforestación global producida, tienen buena parte de culpa en el proceso global. El incremento en la cantidad de CO2 de la atmósfera ha pasado de las 290 partes por millón en 1900 a 315 ppm en 1960 y 370 ppm en el año 2000.
Esta es la posición que podríamos catalogar como actualmente "dominante" a la hora de buscar responsabilidades y es respaldada, entre otras instituciones, por el IPCC (Grupo de Expertos o "Panel" Intergubernamental para el Cambio Climático) de las Naciones Unidas. Sin embargo, no es la única corriente de pensamiento en torno al problema.
Muy de acuerdo, pero quisera matizar una cosa: La
"una buena parte" no significa que sea la principal causa, sino una parte importante, pro ejemplo, indirectamente el 30%
La influencia solar: los ciclos solares.
Durante los últimos doscientos años los científicos han considerado la posible existencia de variaciones en la energía emitida por el Sol como un factor que podría ser determinante en las oscilaciones climáticas de la Tierra. Recientemente varios trabajos han puesto de manifiesto una relación entre la variabilidad del ciclo de manchas solares y años más o menos cálidos.
En 1991 E. Friis-Christensen y K. Lassen observaron que podía existir una correlación entre la longitud de los ciclos solares, con una longitud media de aproximadamente 11 años pero con duraciones que oscilan entre los 7 y 17 años (otros estudios arrojan variaciones comprendidas entre los 9 y 14 años en función del periodo analizado), y etapas con una mayor actividad solar. En un gráfica que compara los datos recogidos en el informe del IPCC de 1995 sobre la variación de la temperatura media sobre la tierra en el hemisferio norte recogidos desde 1861 a 1989 con la longitud de los ciclos se ve que a los ciclos más cortos se corresponden con periodos más cálidos.
Ver: E. Friis-Christensen and K.Lassen, Length of the solar cycle: an indicator of solar activity closely associated with climate, Science 254, (1991), 698
Arriba: la gráfica (basada en la del trabajo de E. Friis-Christensen and K.Lassen) muestra conjuntamente las variaciones en la longitud de los ciclos de manchas solares (tomando los valores máximos como marcadores) y los datos de anomalías en la temperatura del hemisferio norte a partir de datos del IPCC.
(Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC),Climate change 1995:the science of climate change ,eds. J. T. Houghton et al., WMO and UNEP, Cambridge University Press, Cambridge - 1996).
Eso está clarísimo. ¿Pero y a partir de 1980? Yo oslo cuento: las dos lineas empiezan a divergir consideramblemente entre 1980 y 2004, mucho más que en todo el intervalo 1860-1980
Además, la hipótesis de la emisión de gases de efecto invernadero como responsable único del calentamiento global va en contra de lo que parece deducirse de algunos datos experimentales
Obviamente, para eso no hacía falta hacer ningún estudio
es tanb lógico y tan obvio que me produce risa. El sol ha de estar en los modelos de forma imprescindible, porque sin sol no tendríamos nada
pero que el sol sea tremendamente importante no significa que la atmósfera sea imprescindible, ya que supone una diferencia de unos 30º tener a no tener atmósfera (mientra sque tener a no tener sol, supone una duferencia de unos 260º)
Así, en la anterior gráfica de variación de temperaturas medias puede verse que se ha producido un mantenimiento en la temperatura global entre 1945 y 1970, con etapas en las que incluso descendió ligeramente, algo que no concuerda con el incremento de emisiones producido durante esos años.
Por otro lado, en los datos recogidos por diferentes satélites (ACRIM I y II, Nimbus 7 y ERBS) se ha observado que la denominada "Constante Solar", una magnitud utilizada para representar la emisión de energía por parte del Sol, es en realidad una variable que en los dos últimos ciclos solares ha oscilado un 0,1 por ciento.
Ver: C.Fröhlich and J.Lean,Pro. IAU Symposium 185 ,ed.F. L. Deubner, Kyoto. (1997).
Curiosamente el 0'1ºC de la aportación total del sol (260k) son 0'25ºC, justamente el valor que oscila cada 11 años, aproximadamente (del mismo órden).
Respecto a este último dato, la posición actual del IPCC considera que cifras de variación tan reducidas provocarían cambios climáticos que no pueden compararse con los ocasionados por la emisión de gases de efecto invernadero, por lo que su papel se vería muy reducido en comparación con los efectos de estos últimos. Sin embargo, las apreciaciones del IPCC en este último punto no son aceptadas por todos. Se esgrimen dos razones principales para ello.
Sí, aquí empieza el debate. No antes. Sobre cual es la cantidad exacta de responsabilidad.
En mi opinión, hasta el momento la variabilidad solar superaba mucho mucho a la variabilidad de CO2 (entre otras cosas porque éste se había mantenido constante en los últimos 10 mil años o más). Pero en lso últimso años está creciendo tanto que el efecto ya sería comparable. Un indicio de esto es que
la actividad solar ha descendido notablemente en los últimos 20 años, y la temperatura ha seguido ascendiendo.Pero el debate, más que centrarse en explicar los últimos 20 años, se centra en los pronósticos. Pues parece estar claro que en lso últimos 20 años ha tendio que influir el CO2, proque el sol es incapaz de explicarlo en su totalidad.
Cara al futuro, en el supuesto extremo de que se lleguen a duplicar los gases de efecto invernadero, se duplicaría también su efecto, que hasta hace poco eran 2'5º naturales, y pro tanto podrían subir otros 2'5º (simplificando muchos los cálculos)
La primera es que los datos de satélite solo recogen la variabilidad de los dos últimos ciclos solares, ignorando qué ha ocurrido en periodos anteriores. La variabilidad del 0,1 por ciento podría haber sido mayor.
Pero antes de los satélites ya existían astrónoimos que contaban el número de manchas. Y se sabe quye la relación entre insolación y número de mancha ses espectacular, pro tanto no hay escusas, se conoce bastante bien la insolación de los últimos 400 años.
La segunda indica que el valor del 0,1 por ciento representa la oscilación de la amplitud absoluta en la variación de la constante solar en una gráfica corregida ("suavizada" con los valores medios de tres ciclos de rotación solar de 27 días; por tanto cada punto de la misma representa la media de las observaciones realizadas durante 81 días) que no tiene en cuenta los grandes cambios entre los valores máximos y mínimos consecutivos que se producen en los datos recogidos, debidos a la rotación solar de las manchas solares. Si se tomaran en cuenta, el rango de variación aumentaría a un 0,22 por ciento, lo cual sí podría ser significativo y representar por sí sólo un incremento de hasta 0,3ºC según determinados autores.
Veis, el cálculo que hice a ojo era bueno
Pero en esto coincido con el IPCC: 0'3º son algo menos importantes que 2'5ºC pronosticados como extremo. Ahora bien, probablemente, el incremento del CO2 sólo ocasionaría +1ºC en 30 años, con lo que la variablke solar hay que tenerse en cuenta, y más cuando nos acercamos a un mínimo aún má simportante que el de 2006, dentro de pocas décadas.
Actualmente, científicos del NCAR (National Center for Atmospheric Research, o Centro Nacional para la Investigación Atmosférica de Estados Unidos) trabajan en observaciones más detalladas sobre las variaciones en la emisión de energía por parte del Sol, y consideran que aunque reducida, la oscilación puede ser suficiente como para ocasionar cambios medibles en el clima. De hecho, la simulación realizada por el Modelo de Sistema Climático del NCAR coincide en establecer un paralelismo entre el pequeño enfriamiento global producido entre 1945 y 1970 respecto a la relativa baja actividad solar de ese periodo, aunque estima que la influencia solar podría representar sólo una tercera parte del calentamiento global desde principios de siglo.
Así pues, cada vez más grupos de científicos parecen coincidir en que pequeñas variaciones en la actividad solar, las cuales hemos comenzado a medir con exactitud durante los últimos 20 años, pueden tener su reflejo en el clima terrestre.
De los datos recogidos parece deducirse que los periodos con una menor actividad solar, reconocibles entre otros parámetros por una menor cantidad de manchas solares (cuyos registros más o menos fiables abarcan los últimos 200 años, aunque hay observaciones aún más antiguas que se remontan al periodo inmediatamente posterior al descubrimiento del telescopio, durante principios del siglo XVII), favorecen pequeños enfriamientos relativos en el clima terrestre. Así, durante el periodo comprendido entre 1645 y 1715, conocido como la Pequeña Edad de Hielo, y en el que no existieron apenas manchas solares, hay numerosos registros que indican que se trató de una época de bajas temperaturas y un clima riguroso.
No obstante, los mecanismos de actuación de este factor sobre el clima terrestre pueden no ser todo lo "directos" que podría parecer y el mecanismo causante podría ser más complejo de lo que en un principio podría suponerse.
El viento solar.
En 1951 Ludwig Biermann propuso la existencia de una "radiación solar corpuscular" para explicar el hecho de la existencia de las grandes y largas colas de los cometas, cuya orientación es siempre contraria a la posición del Sol, tanto cuando se acercan como cuando se alejan de este (tal y como observó Cuno Hoffmeister en 1943), y cuyo tamaño no se explica por la diferencia de velocidades que podría existir entre las partículas emitidas en el supuesto vacío espacial y el núcleo del cometa.
Años más tarde, en 1958, Eugene N. Parker propuso la existencia de dicha radiación solar corpuscular como parte de una explicación teórica sobre el equilibrio en la estructura de la corona solar, denominándolo "viento solar". En 1960 el soviético K. I. Gringauz pudo comprobar esta teoría gracias a los datos de la sonda soviéticas Lunik 2, dato que fue corroborado más tarde por Herbert Bridge y Bruno Rossi gracias a las observaciones de los instrumentos a bordo de la sonda Explorer 10, de la NASA. Cuando en 1962 la NASA lanzó la nave Mariner II con destino a Venus, pudo no sólo verificarse de nuevo su existencia, sino que se vio que el viento solar no era uniforme, existiendo corrientes más intensas que se repetían con una periodicidad de unos 27 días, lo que al coincidir con el periodo de rotación solar, sugería que las fuentes giraban con él. (Realmente la velocidad de rotación del Sol no es igual en todas sus latitudes y mientras la parte central complete una vuelta cada 27 días, en los polos el giro tarda alrededor de 31, aproximadamente).
Hoy sabemos que el viento solar se trata de un flujo constante de partículas cargadas eléctricamente emitido por el Sol a grandes velocidades (alrededor de 400 Km/s, con una variación normal entre los 200 y 800 Km/s, aunque pueden registrarse valores mayores), formado principalmente por iones de hidrógeno (o protones, en una proporción de aproximadamente el 96% respecto del total), de helio (o partículas alfa, en aproximadamente un 4%), trazas de otros iones más pesados (oxígeno, carbono, etc) y electrones.
http://www.bornet.es/grf/vientosolar4.jpg
En realidad se trata de la corona solar expandiéndose en el espacio y, por ello, su densidad varía en relación a la distancia del Sol. Ejercen además una acción directa en la configuración de la ionosfera terrestre, cuya interacción provoca a su vez que su densidad varíe en función del campo magnético de la Tierra. A la altura de su órbita es de aproximadamente 6 partículas por cm3 (centímetro cúbico) con oscilaciones que normalmente varían entre los 3 y los 10 partículas por cm3, pero las diferentes zonas de la magnetosfera ofrecen mediciones que descienden a 1 partícula por cm3 en la parte más exterior de la misma, y valores inferiores a las 0,5 partículas por cm3 en zonas de los denominados lóbulos de la cola.
De acuerdo
Sin embargo el Sol no es la única fuente de las partículas energéticas que inciden sobre la tierra.
De confirmarse este hecho, las estimaciones actuales sobre el papel de los gases de efecto invernadero en el calentamiento global tendrían que ser revisadas.
La actividad de los rayos cósmicos sobre la atmósfera terrestre, regulada por variaciones en el flujo del viento solar, podría ejercer una importante influencia sobre la formación de nubes.
El proyecto CLOUD, en el que intervienen científicos de 17 instituciones, intentará verificar esta hipótesis de forma experimental.
Se trata de una mera hipótesis, y que por cierto me parece descabellada, por lo los rayos cósmicos osn casi d ela misma naturaleza que el viento solar, exceptuando el fondo de microondas procedente del desacoplo de los fotones del Big Bang
Hoy se sabe que los rayos cósmicos, de forma parecida al viento solar, son principalmente iones de hidrógeno (es decir, protones, que representan un 80-85% del total), de helio (o partículas alfa, aproximadamente el 12% del total), en menor medida de carbono, oxígeno y una proporción mucho menor de iones de hierro y otros elementos más pesados (representando todos ellos aproximadamente entre un 1% y un 5% del total), además de un 2% de electrones y positrones (en una proporción de 5:1). Una pequeña porción (aproximadamente el 0,1%) son rayos gamma.
No obstante, estas partículas se mueven a grandes velocidades, cercanas a la velocidad de la luz. Su rango de energías varía entre 10 +9 eV (10 elevado a 9 electrón Voltios) y 10 +20 eV, y su origen, al menos en aquellas con una energía de hasta 10 +16 eV, está en las ondas de choque generadas en la explosión de estrellas supernovas. (El origen de los rayos cósmicos de muy alta energía, superior a los 10 +19 eV, está aún sin determinar). Por otra parte, el Sol emite en las grandes erupciones solares partículas energéticas que podrían considerarse como rayos cósmicos, aunque debido a su baja energía (generalmente por debajo de 10 +9 eV o 1 GeV, aunque a veces pueden alcanzar valores en torno a los 10 GeV) en comparación con los anteriores, se agrupan en una categoría diferente: las llamadas Partículas Energéticas Solares (Solar Energetic Particles o SEPs).
Lo dicho, el efecto que supuestamente hacen lso rayos cósmicos debería ser similar a lo que hacen los rayos solares
Ahora sigo con el resto.
Saluts!