Interesante lo que comentas de las vides.
Creo que hoy, precisamente, las he visto en el Ebro, en la zona de San Adrian (Navarra), con un color espectacularmente granate... aunque no sé si serán
sylvestris. Pendían de los árboles formando lianas, como los lúpulos (éstos, muy frecuentes).
La zona vieja del bosque de Póveda, que se está talando, se corresponde con la zona más altaa, sobre todo en solana, y es principalmente pinar antiguo -grandes diámetros, de los que ya no quedan- con las especies que indicas del dominio eurosiberiano, además de tejo y roble albar, entre otras muchas.
Es (o era) una de las zonas más ricas y variadas del Sistema Ibérico norte tanto en flora como en fauna.
Puse unas fotos hace tiempo en este mismo tópic... si te interesa, te pongo alguna más de detalle.
Anímo con tus fotos... tiene muy buena pinta. (Precioso macho, con el pelo rojo de verano... y las hembras, con las crías del año bien gordas).
No sé si serán vides silvestres, ya ves que soy escéptico en eso todo el tiempo, lo que sí son es salvajes, puesto que ningún hombre las ha plantado, y porque son poblaciones normalmente dinámicas, que están dando lugar a nuevas generaciones híbridas con combinaciones de alelos hasta ahora desconocidas, que pueden encerrar concentraciones de taninos, antocianos y whisky-lactonas muy diferentes a los de las variedades cultivadas tradicionales, lo que significa que estamos ante un mundo de posibilidades para los mejoradores de cara a descubrir nuevos vinos, así como adaptaciones específicas a ambientes muy particulares: resistencias, tolerancias...
Mientras en Europa occidental la gente se daba de hostias en la cabeza con huesos y cantos, en Mesopotamia ciertos individuos más avispados, y aficionados a recolectar racimos de uvas silvestres, por entonces más ácidas que azucaradas, observaron que cuando se cortaba una vara de esa planta y se prendía en el suelo, ésta enraizaba y daba a su vez una nueva planta. Entonces decidieron cortar palos de aquellas enredaderas más productivas en grano (seleccionando involuntariamente los escasos individuos hermafroditas de vid, todos los años repletos de bayas, pues la vid silvestre originariamente es dioica, tiene individuos machos e individuos hembras), y os plantaron cerca de sus casas. Año tras año fueron eliminando los machos y hembras, los primeros no dan uva, y las segundas son irregulares en producción, pues dependen de insectos y viento para su polinización al no tener estambres sus flores. Se quedaron sólo con hermafroditas, de forma que nuestra vid cultivada es enteramente hermafrodita, mientras que las salvajes siguen teniendo machos y hembras en muchos casos.
Debido a esta reproducción puramente clonal, impedimos a la vid cultivada que siguiera reproduciéndose sexualmente hace unos 6000 años. Se calcula que, desde aquellas primeras vides seleccionadas hasta las actuales, sólo han transcurrido de 8 a 16 generaciones. Por tanto, puede decirse que nuestras vides con muy similares genéticamente aún a las primigenias, y, por lo tanto, aún podemos observar en los análisis genéticos patrones exactos entre aquellas silvestres y las cultivadas. Sin embargo, las actuales poblaciones salvajes están evolucionando a su suerte, y la selección natural está dotándolas de resistencias a enfermedades, sequía, salinidad, plagas, etc., cualidades de las que carecen las cultivadas, pues se han ido seleccionando siempre con el únbico criterio de la productividad.
Si queremos salvaguardar el futuro de ésta y en general todas las especies vegetales utilizadas por el hombre, no queda más remedio que conservar la mayor variabilidad posible de variedades cultivadas, e impedir la desaparición de las salvajes.
Otra vez se me ha ido la pelota escribiendo, no me cojais manía...