Balance del mínimo estival de este 2007.
Según el NSIDC el mínimo absoluto se ha producido el 16 de septiembre con 4.13 millones de km2, batiendo el anterior record de 5.32 millones de km2 del 20 de septiembre de 2005. La siguiente gráfica recoge las medias mensuales de extensión 1979-2007. Los mínimos absolutos son muy similares a estas medias:
(No sé si tener en cuenta los datos de Cryosphere Today. Ellos también dan el mínimo de este verano, en este caso de área, para el 16 de septiembre, con 2.92 millones de km2, frente a los 4.01 millones de km2 del anterior record, de 2005. Lo que supone este descenso lo podemos observar fijándonos en los picos inferiores de su gráfica 1979-2007, aunque también veremos que 2002 y 2006 parecen tener valores inferiores aún a los de 2005. Y sin embargo dicen que el record anterior es de 2005…
Aunque visto el cambio que hicieron a principios de este año con la gráfica de anomalías del hemisferio norte...
...o lo de hace poquito con la Antártida (imagen del forero Regmaster):
¿Pues para qué decir más acerca de la fiabilidad de sus datos?)Pero, siguiendo al NSIDC y demás fuentes fiables, el descenso de este año es muy grande.
La teoría “alarmista” (el último artículo que nos ha colgado tro) lo considera el primer paso de un descenso lineal, lo atribuye al calentamiento global de origen antrópico y a su amplificación polar (por el albedo y otros factores), y prevé un Ártico prácticamente libre de hielo en verano para 2013.
A raíz del mínimo de este año algunas fuentes más “oficiales” y cercanas al IPCC adelantan también sus previsiones de “verano sin banquisa” para 2020 o 2030, pensando también en que continúe el descenso, si bien no tan lineal como piensan los “alarmistas”.
Desde una postura más “escéptica” lo primero que se señala es que el clima del Ártico presenta fuertes oscilaciones multidecadales, con fases frías y cálidas, y que ahora nos encontramos en el apogeo de una de estas fases cálidas. También se comenta que ciertamente hay una tendencia de fondo al calentamiento, a la que se superponen las oscilaciones multidecadales, pero que esta tendencia viene desde el fin de la Pequeña Edad del Hielo:
También se repara en que hay razones para pensar que el mínimo de este verano es un record extremo (como el verano de 2003 en Europa) y no un paso más en una tendencia lineal: por el record de días anticiclónicos y soleados en todo el sector Pacífico del Ártico,
el fortalecimiento (por el régimen de vientos) de la deriva transpolar que envía hielo fuera del Ártico...
...y del aporte de agua pacífica…
A esto se añadirían otros elementos “heredados” de la actual fase cálida, como la pérdida de hielo multianual de principios de los 90 de la que el Ártico aún no se ha recuperado...
...o los aportes de años anteriores de agua atlántica excepcionalmente cálida.
Con estas distintas interpretaciones, las apuestas están sobre la mesa:
¿comienzo de una recuperación de la banquisa en próximos años? (por las oscilaciones multidecadales, a pesar de la tendencia de fondo y de los GEIS antrópicos)
¿rápido retroceso que en 6, 15 o a lo sumo 25 años nos permita ver un Ártico casi totalmente libre de hielo en verano?
¿ni una cosa ni la otra? ¿estabilidad durante los próximos años?
Al margen de este “balance general”, comentar otro par de cosas. En los últimos años los índices AO/NAO han cambiado de su fase positiva de los años 90 (se supone que mala para la banquisa) a una fase neutra o negativa, se supone que buena o neutra para la banquisa, la cual ha continuado su declive a pesar de este cambio. La “paradoja climática ártica” le denominan algunos. Un reciente estudio (Maslanik, J. et al., 2007. “On the Arctic climate paradox and the continuing role of atmospheric circulation in affecting sea ice conditions”) reduce la correlación AO/banquisa en favor de tres patrones de circulación más regionales, que han seguido durante los años de AO- contribuyendo a la disminución de la banquisa. Otro reciente estudio de Polyakova relativiza también la correlación general NAO-AO/banquisa, a favor de otros patrones también más regionales. Por último, otro artículo reciente (Ogi, Masayo: Summer minimum Arctic sea ice extent and the associated summer atmospheric circulation,
http://ao.atmos.colostate.edu/other_papers/2007GL029897.pdf ) atribuye la mayor parte de la variabilidad interanual en los mínimos de la banquisa al régimen de vientos, con una responsabilidad mucho mayor que la de la temperatura del aire. (hasta 2006 llega el estudio, aunque hemos visto que esos factores han operado de una forma especialmente intensa en 2007)
Saludos.