Seguimiento temperatura global

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Re: *** Seguimiento temperatura global
« Respuesta #60 en: Viernes 02 Septiembre 2005 23:37:58 pm »
Por cierto, de momento la nubosidad parece "oscilar". ¿Podría tener relación con algún ciclo? (solar, NAO, ...)
Gracias.

Los investigadores de la NASA han encontrado una nueva manera de medir el "albedo" (o reflectividad) de La Tierra (GRL v.28, no.9, p.1671, 2001). Se puede determinar el albedo de la Tierra midiendo la "Luz de la Tierra" reflejada desde el lado oscuro de la Luna. Mientras más brillante es la Tierra, más brillante es el lado oscuro de la Luna, y viceversa. Las observaciones fotométricas hechas desde Diciembre de 1998 de la Luz Terrestre proporciona un promedio del albedo de la Tierra de 29,7%, muy cerca de las estimaciones previas del 30%. (Informe del ENN)

Esto es importante para el clima porque los cambios del albedo están causados, en su mayoría, por cambios en factores brillantes como nubes y hielo. Si el albedo aumenta, se produce un enfriamiento global ya que mayor cantidad de luz solar es reflejada nuevamente al espacio. Si el albedo disminuye, menos nubes significan menos albedo y por consiguiente una Tierra más caliente.

Philip Goode, líder del equipo de investigación, le dijo a los medios: "Hemos encontrado la insinuación de una disminución del 2,5% en el albedo de la Tierra durante los últimos cinco años". Esto significa que la Tierra debe haberse calentado durante el mismo período, causado por la reducción en nubosidad, consistente con un calentamiento que experimentamos con El Niño de 1997-98.

Pero hay más todavía. El equipo de Goode, intencionalmente o no, ha confirmado así la validez del Efecto Svensmark que había predicho este mismo resultado:

Henrik Svensmark, del Danish Space Research Institute, ha demostrado que las nubes bajas aumentan y disminuyen a medida de que los rayos cósmicos del espacio profundo aumentan o disminuyen. Estos rayos cósmicos están, a su vez, modulados por el viento solar, de modo que, cuando el viento solar es fuerte -como sucede durante un máximo solar (1990)- los rayos cósmicos son parcialmente bloqueados. Cuando el viento solar es débil, durante los mínimos solares (1995), los rayos cósmicos inundan la Tierra, aumentando la nubosidad. La observación del Efecto Svensmark se ha demostrado durante el último ciclo solar, y ahora el equipo Goode ha confirmado que el albedo de la Tierra - y por consiguiente la nubosidad - cambiaron exactamente como lo predijo Henrik Svensmark.

Esto proporciona un fuerte apoyo a la opinión de los científicos solares sobre que los recientes cambios climáticos fueron provocados por el Sol, y no por el Hombre.


La Conexión de los Rayos Cósmicos:
Las variaciones de la temperatura atmosférica no siguen los cambios de las concentraciones de CO2 y otros gases insignificantes en la atmósfera. Sin embargo, las variaciones son consistentes con los cambios en la actividad del Sol, que discurre en ciclos de 11 años y 90 años de duración. Esto ha sido conocido desde 1982, cuando se notó que en el período 1000 a 1950, la temperatura del aire siguió de manera muy estrecha la actividad cíclica del Sol. [49]   Información de 1865 hasta 1985, publicada en 1991, exhibió una asombrosa correspondencia entre la temperatura del hemisferio Norte y el ciclo de 11 años de la aparición de manchas solares, que son una medida de la actividad del Sol. [50, 51] Las variaciones en la radiación solar observadas entre 1880 y 1993 pueden tomar cuenta del 71% de la variación en la temperatura media global (comparada con el 51% de la parte de sólo los gases de invernadero), y corresponde a una variación global de la temperatura de unos 0,4º C. [34]

Sin embargo, en 1997 se hizo súbitamente aparente que el decisivo impacto sobre el clima y los cambios en la fluctuación no proviene del Sol sino de la radiación cósmica.  Esto vino como una gran sorpresa porque la energía traída a la Tierra por los rayos cósmicos es mucho menor que la de la radiación solar. El secreto reside en las nubes.  El impacto de las nubes sobre el clima y la temperatura es más de cien veces más grande que el del dióxido de carbono.  Aún si se duplicaran las concentraciones de CO2 de la atmósfera, su efecto sería cancelado por un mero aumento del 1% de la nubosidad: la razón simplemente es que la mayor nubosidad significa una mayor deflexión de la radiación solar que llega hasta la superficie de nuestro planeta.



VARIACIONES EN LA INTENSIDAD DE RAYOS CÓSMICOS
Y LA COBERTURA NUBOSA (1984-1994)

La radiación cósmica proviene de las profundidades del universo, ionizando los átomos y moléculas en la troposfera, permitiendo así la formación de las nubes. Cuando la actividad del Sol es mayor, el campo magnético del Sol (viento solar) aleja a los rayos de la Tierra, se forman menos nubes en la tropósfera, y la Tierra se calienta.

La figura muestra un asombrosa coincidencia entre los cambios en la cobertura nubosa de la tropósfera y los cambios en la intensidad de la radiación cósmica, en el período 1984-1994.

Fuente: N. D. Marsh, y H. Svensmark, 2000, "Low Cloud Properties Influenced by Cosmic Rays," Physical Review Letters, Vol. 85, pp. 5004-5007.

En 1997, los científicos Daneses H. Seemnark y E. Friis-Christensen notaron que los cambios en nubosidad medidos por satélites geoestacionarios coincidían perfectamente con los cambios en la intensidad de los rayos cósmicos que llegaban a la troposfera: mientras más intensa la radiación, mayor la formación de nubes. [52] Los rayos cósmicos ionizan las moléculas de aire, transformándolas en núcleos de condensación para el vapor de agua, donde los cristales de hielo – de las que son creadas las nubes – se forman.

La cantidad de radiación cósmica que llega a la Tierra desde nuestra galaxia y desde el espacio profundo, está controlado por los cambios en llamado viento solar. Está creado por el plasma caliente eyectado de la corona del Sol a una distancia de varios diámetros solares, transpor-tando partículas ionizadas y líneas de campos magnéticos.
El viento solar, fluyendo hasta los confines del sistema Solar, empuja a los rayos cósmicos galácticos lejos de la Tierra y los debilita. Cuando el viento solar se hace más fuerte, llegan menos rayos cósmicos desde el espacio, se forman menos nubes, y la Tierra se calienta. Cuando el viento solar disminuye, la Tierra se enfría.  De esta manera, el Sol abre y cierra un paraguas de nubes sobre nuestras cabezas que controla al clima. Sólo en años recientes los astrofísicos y físicos especializados en la investigación de la atmósfera estudiaron este fenómeno y sus mecanismos, en un intento de comprenderlos mejor. Quizás algún día aprenderemos a gobernar a las nubes.
El clima está cambiando de manera constante.  Ocurren con alguna regularidad alternados ciclos de largos períodos fríos, y más cortos períodos interglaciares.  El largo típico de los ciclos climáticos en los últimos 2 millones de años fue de unos 100.000 años, divididos en 90.000 años de Edad de Hielo y 10.000 años de períodos cálidos, los interglaciares.  Dentro de un ciclo determinado, la diferencia en temperatura entre las fases frías y cálidas es de 3º C a 7º C. La actual fase cálida está probablemente llegando a su fin – la duración promedio de tales fases ha sido ya excedida en 500 años. Los períodos de transición entre las fases de climas fríos y cálidos son dramáticamente cortas: duran sólo 50, 20, o aún 1 a 2 años, y ellas aparecen sin virtualmente ningún calentamiento.



Navalcarnero, en el Suroeste de Madrid, a 661 m.s.n.m.
Precipitación Media Anual (2.006-2.023): 406,35mm.
Temperatura Media Anual (2.003-2.023):15,665ºC.


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Re: *** Seguimiento temperatura global
« Respuesta #61 en: Sábado 03 Septiembre 2005 01:06:17 am »
Interesante artículo  :D

Había leído algo sobre el ocurecimiento de la Tierra.
Me gustaría que me citases la fuente y los autores.

Por cierto, el uso del concepto de "rayos cósmicos" en meteorología me choca. Los rayos cósmicos (excluyendo los del sol) están compuestos principalmente de microondas muy débiles, neutrinos y muy poca proporción de alfa, beta y gamma. Tengo mis dudas sobre la conexión entre rayos cósmicos y clima. Pero sigamos.

Cita de: Nyana link=topic=28884.msg667912#msg667912
date=1125697078

Henrik Svensmark, del Danish Space Research Institute, ha demostrado que las nubes bajas aumentan y disminuyen a medida de que los rayos cósmicos del espacio profundo aumentan o disminuyen. Estos rayos cósmicos están, a su vez, modulados por el viento solar, de modo que, cuando el viento solar es fuerte -como sucede durante un máximo solar (1990)- los rayos cósmicos son parcialmente bloqueados. Cuando el viento solar es débil, durante los mínimos solares (1995), los rayos cósmicos inundan la Tierra, aumentando la nubosidad. La observación del Efecto Svensmark se ha demostrado durante el último ciclo solar, y ahora el equipo Goode ha confirmado que el albedo de la Tierra - y por consiguiente la nubosidad - cambiaron exactamente como lo predijo Henrik Svensmark.

Esto proporciona un fuerte apoyo a la opinión de los científicos solares sobre que los recientes cambios climáticos fueron provocados por el Sol, y no por el Hombre.

Viendo la gráfica que nos ha puesto anton, ya se intuía que podría influir el ciclo magnético con las nubes (y por tanto con el albedo)

Obviamente el sol es la fuente del clima, y por tanto es la principal causa de variabilidad climática, pero no es la única.

El albedo, junto a la composición atmosférica, representaría el segundo factor más importante en la variabilidad a corto plazo (luego vendría la excentricidad orbital, la variabilidad tectónica /continetalidad, la variación del eje de rotación, etc.)

Aceptemos que el albedo general se modula por el sol.

Básicamente el esquema que se refiere en dicho artículo es este:

Mínimo solar --> incremento de la nubosidad/albedo --> enfríamiento.
Máximo solar --> disminución de la nubosidad/albedo --> calentamiento.

Sin embargo, estamos camino a un mínimo solar (2006) y según ese esquema el albedo debería incrementarse (y está disminuyendo) y por tanto el globo debería enfriarse (y se está calentando, de hecho, 2005 en el hemisferio norte es más cálido incluso que 1998).

Por tanto, el albedo no sólo se rige por los ciclos solares. Tal vez sí la nubosidad.

Sigamos

Citar
Conexión de los Rayos Cósmicos:
Las variaciones de la temperatura atmosférica no siguen los cambios de las concentraciones de CO2 y otros gases insignificantes en la atmósfera

Totalmente falso.

El agua representa menos de un 0'5% (proporción insignificante) y es el causante de unos 27º de los 30º totales del efecto invernadero.

Si suponemos que el efecto invernadero es insignificante (y eso se deduce que a eso se refiere) ahora la Tierra tendía una temperatuar media de unso -15ºC y no 15ºC como realmente tiene.

El resto de gases de efecto invernadero es el causante de 3ºC (por efectos directos e indirectos), principalmente el CO2 (que debe ser entorno a 2'5ºC)

En general, el CO2 "se deja hacer", pero no se puede despreciar algo que se corresponda con 2'5ºC del clima.

Citar
Sin embargo, las variaciones son consistentes con los cambios en la actividad del Sol, que discurre en ciclos de 11 años y 90 años de duración. Esto ha sido conocido desde 1982, cuando se notó que en el período 1000 a 1950, la temperatura del aire siguió de manera muy estrecha la actividad cíclica del Sol. [49]  Información de 1865 hasta 1985, publicada en 1991, exhibió una asombrosa correspondencia entre la temperatura del hemisferio Norte y el ciclo de 11 años de la aparición de manchas solares, que son una medida de la actividad del Sol. [50, 51]

Antes de 1950 el CO2 no había superado los 320 ppm  ;D ;D
Eso quiere decir que el efecto del CO2 aún no se podía notar  ;D ya que sólo había incrementado 30 sobre 280, es decir, menos del 12%. Suponiendo un efecto directo del CO2 de entorno a 1ºC, eso son 0'12 décimas, de chiste  ;D Es obvio que entre 1000 y 1950 el clima se modulaba por la actividad solar, ya que el CO2 era totalmente insuficiente.

Citar
Las variaciones en la radiación solar observadas entre 1880 y 1993 pueden tomar cuenta del 71% de la variación en la temperatura media global (comparada con el 51% de la parte de sólo los gases de invernadero), y corresponde a una variación global de la temperatura de unos 0,4º C. [34]

Ahí está el "quit" de la cuestión, entre 1000 y 1950 funciona de maravilla, entre 1880 y 1993 sólo puede explicar el 71% del calentamiento, y entre 1950 y 2000 el sol sólo es causante del 60% del calentamiento.

Si ellos mismos dicen que desde 1880 a 1993 sólo pueden explicar el 71%, tiene que reconocer que "el sol es insuficiente", y si no lo reconoces cometen un grave error, porque un 71% es insuficiente.

Los actuales modelos engloban tanto la actividad solar comoi los gases de efecto invernadero y son acpaces de explicar la temperatura entre un 90 y un 95%. Próximamente intentaré colgar algunos modelos actuales.

Citar
Sin embargo, en 1997 se hizo súbitamente aparente que el decisivo impacto sobre el clima y los cambios en la fluctuación no proviene del Sol sino de la radiación cósmica.

¡¡Y dale con la radiación cósmica!!¿quién ha escrito eso?

Claro, como a partir de 1997 ya no puedo explicar nada, de repente empieza a influir la "radiación cósmica", que siempre ha estado ahí, y de forma constante.

Señores, la radiación cósmica, a parte de no tener ninguna relación con el clima (y explicaré por qué) ha sido constante en los últimos millones de años, y por tanto no puede ser algo que empiece a influir a partir de 1997. Sin embargo, el CO2 densde 1950 hasta 2004 se ha incrementado 60 ppm, lo cual son unos 0'2ºC (simplificando mucho los cálculos)

Citar
  Esto vino como una gran sorpresa porque la energía traída a la Tierra por los rayos cósmicos es mucho menor que la de la radiación solar.

Obviamente. Para que os hagáis una idea, la radiación cósmica es práacticamente de la misma naturaleza que la radiación solar (alfa, beta gamma, y neutrinos) pero es miles o millones de veces menos intensa.  A la radiación de fondo hay que añadirle las ondas de microondas procedentes del desacoplo fotónico poco posterior al Big Bang. Pero la radiación de microondas son tan débiles que cualquier estrella  de la noche incide con más energía sobre la Tierra.

Citar
El secreto reside en las nubes.  El impacto de las nubes sobre el clima y la temperatura es más de cien veces más grande que el del dióxido de carbono.

Yo creo que se han pasado en esa afirmación.
El albedo y el efecto invernadero son dos factores distintos, igual de importantes. El agua+co2 es muy importante para el clima es muy importante. Cuando hablan de nubosidad está claro que se refieren a albedo.

Suponiendo que la temperatura de la tierra es 290K, y que los ciclos solares de 11 años provocan variaciones de entorno a 1k, la variación del albedo han de ser de 1/200, es decir, entorno a 0'5% ¿no?

Una duplicación del CO2 significaría aproximadamente una duplicación de su efecto, es decri, tendríamos que sumar 2'5ºC.

Si la variación solar-albedo produce cambios en al temperatura entre 1 y 2ºC, como mucho 3ºc a corto plazo, una presunta duplicación del CO2 sería tanto o má simportante que la variación de albedo (y por tanto de nubosidad)
 
Y además la nubosidad sigue ciclos cortos de 11 años y el CO2 como muy pronto 100 años, por tanto, al nubosidad es oscilante y a corto plazo (30 años) no suele representar modificaciones efectivas (salvo que vengan de la mano de variacione simportantes en el sol). Mientras tanto, el CO2 no oscila a plazo de 11 años, ni de 20, sino que la vida media de suspensión de la molécula de CO2 es de unos 100 años, por lo que no se regula como la nubosidad.

Citar
  Aún si se duplicaran las concentraciones de CO2 de la atmósfera, su efecto sería cancelado por un mero aumento del 1% de la nubosidad: la razón simplemente es que la mayor nubosidad significa una mayor deflexión de la radiación solar que llega hasta la superficie de nuestro planeta.

Lo acabo de explicar, eso es totalmente falso.

Citar
http://mitosyfraudes.8k.com/images-7/fig9Esp.gif

Ahhhh, ya ha salido el gato encerrado.!!!!  ;D ;D ;D

Os tengo dicho que no hagáis caso de los artículos de mitosyfraudes!!! que son unos manipuladores!!

No me explico como dais crédito a semejantes manipulaciones de unos autoproclamados industrialistas. Los mismos que en su carta de presentación dicen que "intentarán oponerse a las teorías del CO2 a toda costa" porque les conviene contaminar.

Vamos. esas teorías que me habéis citado están totalemnte desfasadas. Los físicos solares (independientes) han desmentido que el sol sea el 100% causante del calentamiento actual.

¿A quién vais a hacer caso, a industrialistas que no tiene ni zorra idea de la radiación cósmica o a los físicos solares?  ;D ;D esto es de chiste.

Ahora sigo citando el post, para demostrar que todo es una manipulación.

Saluts!  ;)

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Re: *** Seguimiento temperatura global
« Respuesta #62 en: Sábado 03 Septiembre 2005 01:27:51 am »


VARIACIONES EN LA INTENSIDAD DE RAYOS CÓSMICOS
Y LA COBERTURA NUBOSA (1984-1994)

La radiación cósmica proviene de las profundidades del universo, ionizando los átomos y moléculas en la troposfera, permitiendo así la formación de las nubes. Cuando la actividad del Sol es mayor, el campo magnético del Sol (viento solar) aleja a los rayos de la Tierra, se forman menos nubes en la tropósfera, y la Tierra se calienta.

Vaya as en la manga, que tramposos!!!  ;D ;D ;D
juasssssssssssssssssss es de risaaaaaaaaaa

Analicemos esto:

"Cuando la actividad del Sol es mayor, el campo magnético del Sol (viento solar) aleja a los rayos de la Tierra, se forman menos nubes en la tropósfera, y la Tierra se calienta."

Antes decían que sólo han necesitado de los rayos cósmicos para explicar a partir de 1997:
Citar
Sin embargo, en 1997 se hizo súbitamente aparente que el decisivo impacto sobre el clima y los cambios en la fluctuación no proviene del Sol sino de la radiación cósmica.

Esto significa que la actividad solar antes era suficiente.
Según su propia teoría, la nubosidad es lo más importante del clima, por tanto, entre 1000 y 1950 los ciclos de nubosidad reinaban el clima, y por tanto los ciclos de los rayos cósmicos, y sin embargo sólo los citan a partir de 1997.

Está comprovado que a mayor actividad solar mayor insolación y viceversa.

A menor insolación, la temperatura global desciende y portante se incrementa la condensación de nubes (retroalimentando el enfriamiento)

Los rayos cósmicos son totalmente inecesarios para explicar el ciclo de las nubes


Por otra parte, es cierto que los rayos cósmicos son menores cuando mayor es la actividad magnética del sol, pero los rayos cósmicos, en su componente iónica (alfa y beta) también son reflejados por nuestro campo magnético terrestre.

Y las nubes se forman por partículas microscópicas en suspensión, no por los rayos cósmicos  ;D ;D eso es de chiste.

Citar
La figura muestra un asombrosa coincidencia entre los cambios en la cobertura nubosa de la tropósfera y los cambios en la intensidad de la radiación cósmica, en el período 1984-1994.

No te digo, y tanto que coincide, porque las dos cosas son causadas por lo mismo: los ciclos solares

Citar
Fuente: N. D. Marsh, y H. Svensmark, 2000, "Low Cloud Properties Influenced by Cosmic Rays," Physical Review Letters, Vol. 85, pp. 5004-5007.

Bueno, pero me gustaría leer los escritos originales. estoy convencido en que hay una diferencia muy grande a loq ue han escrito los mitosyfraudes ;D ;D ;D

Estoy convencido que en los escritos originales los físicos describirían su asombro por la coincidencia y especularían la posibilidad de una influencia, pero no la afirmarían como lo han hecho estos.

Y por cierto, estamos acércándonos a un mínimo solar, el de 2006 (y ya estamos en baja actividad solar), y según esa teoría se ha incrementado y de incrementará la incidencia galáctica  ;D con lo que la nubosidad debería haber aumentado y debería aumentar. Y no. Se ha medido un oscurecimiento. Y se ha mediddo un aclentamiento, a la spuertas de ún mínimo solar ¿Qué ocurre entonces?  ;D ;D ;D

De chiste. Fijaos en al siguiente radiografía:

(1)- Baja la actividad solar --> baja la insolación --> baja la temperatura --> sube la condensación nubosa --> sube el albedo terrestre --> baja la temperatura (retroalimentación
(2)- Baja la actividad solar --> llegan más rayos cósmicos sobre la tierra --> se forman más nubes --> baja la temperatura.

¿Cuál de las dos hipótesis creéis más probable?  ;D ;D ;D

Saluts!  ;) ;D ;D

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Re: *** Seguimiento temperatura global
« Respuesta #63 en: Sábado 03 Septiembre 2005 01:39:30 am »
Los investigadores alrededor de Sami K. Solanki destacan el hecho que la actividad solar ha permanecido más o menos constante (alta actividad) desde 1980 - aparte de las varaciones debidas al ciclo de 11 años mientras que la temperatura global ha experimentado un fuerte aumento durante ese mismo tiempo. Por el otro lado, las bien similares tendencias de la actividad solar y las temperaturas de tierra durante los siglos pasados (con la notable excepción de los últimos 20 años) indican que la relación entre el Sol y el clima permanece siendo un reto para investi-gaciones posteriores.


Efectivamente, el sol, como motor del clima, es el principal causante de la variabilidad climática. Suponiendo una composición química atmosférica constante (1000-1950), el sol es cuasante de la variación de energía entrante de la tierra (insolación) e indirectamente es causante de la energía saliente de la Tierra (albedo nuboso). Pero si a parte de la variabilidad solar, añadimos una variabiliadd de la composición atmosférica en los últimos años, el sol ya no está solitario en la causalidad.

"El sol" no puede explicar el calentamiento de los últimos 20 años.

Aunque no os fiéis de los datos en superficie, desde el satélite se ha medido también un calentamiento en los últimos 30 años de los oceanos, tampoco explicable mediante "el sol solitario".

Los modelos físicos que engloban el forzamiento rafiativo del CO2 sí que consiguen explicarlo. ¿Casualidad?

Los mitosyfraudes deberían estudiar un poco más de física cuántica, en cuanto a resonancia de estructuras de pozos de potenciales.

Saluts!  ;)

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Re: *** Seguimiento temperatura global
« Respuesta #64 en: Sábado 03 Septiembre 2005 03:07:49 am »
Ya que todo lo que tiene la firma de MITOSYFRAUDES, para ti no tiene practicamente credibilidad, aqui te pongo otra fuente de información que no tiene nada que ver, eso no quiere decir que muchos de los articulos que ponen en esta WEB esten claramente manipulados, eso es fácil de ver, y yo tampoco me los trague , pero hay bastantes en lo que no es así.
Comentame haber que te parece. ;)


Por cierto, pienso que el CO2, CH4, y demas gases que se estan expulsando a la atmosfera, de origen antrópico, tienen repercusión en el clima, PERO MINIMA. Veo mucho mas influyente y determinante la actividad solar y sus ciclos y los aspectos que ponen en movimiento en la dinamica climatica terrestre, pero bueno, es mi opinión.

Fuente: BorNet.Revista de divulgación sobre ciencias.

EL ARTICULO DICE ASÍ:

Los cambios en el clima de la Tierra ocurridos durante los últimos años han hecho que tanto la comunidad científica como la opinión pública estén inmersos en un acalorado debate sobre el calentamiento global de la atmósfera y la influencia que el hombre puede ejercer sobre el clima.

Debido a la gran importancia de la cuestión, cuyos problemas derivados dejarían sentir sus efectos en la práctica totalidad de los habitantes del planeta y de la que se podrían derivar medidas correctoras que alterarían notablemente los sistemas productivos industriales existentes así como la vida cotidiana de los ciudadanos de los países industrializados (e incluso las posibilidades de desarrollo de los países en vías de alcanzarlo), asistimos a una discusión que traspasa el ámbito académico y en el que las presiones políticas e intereses económicos cobran una importancia capital.

La dificultad de los estudios climáticos globales, en los que hasta poco tiempo se carecía de la capacidad para abordarlos con un margen de confianza necesario, ha añadido elementos a la polémica. Por un lado, es sólo durante los últimos 20 años cuando los avances tecnológicos han comenzado a suministrar las herramientas de observación necesarias para recoger la compleja mezcla de datos y los sistemas informáticos precisos para el tratamiento que sus análisis requieren. Por otro, la falta de unicidad en las conclusiones que los diferentes estudios parciales pueden arrojar es fuente continua de posicionamientos en pro y en contra de las hipótesis que señalan a la influencia humana como responsable principal del problema, cuyo máximo exponente son las oscilaciones y correcciones en las previsiones referentes a incrementos de temperatura previstos para los próximos años, o incluso en las variaciones producidas en el pasado.

La cuestión ha alcanzado un punto en el que incluso se ha llegado a insinuar que en determinados casos se han favorecido estudios en uno u otro sentido (lo cual no quiere decir, por supuesto, que se falseen datos, sino que aquellos trabajos cuyas conclusiones coinciden con algunos posicionamientos pueden verse posteriormente beneficiados frente a otros a la hora de recibir fondos suplementarios o una mayor difusión).

No obstante, con toda seguridad la fuente última de las discrepancias radica en el hecho de que estamos comenzando a entender los complejos sistemas que intervienen en la regulación climática de la Tierra, en la que intervienen múltiples factores y complicados mecanismos de retroalimentación.

Con todo, parece existir un consenso general respecto al hecho de que asistimos a un lento y paulatino calentamiento global. Por término medio se barajan cifras entre los 0,4 y los 0,8ºC durante el último siglo XX (según se expuso en la conferencia de presentación con motivo de la Sexta Conferencia de las Partes para el Grupo de Trabajo sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas, el 13 de noviembre del 2000, realizada por Robert T. Watson, quien ocupa la presidencia del Grupo de Expertos sobre Cambio Climático, IPCC).

Si ampliamos los datos hasta el siglo pasado, diversos estudios suelen coincidir en que entre 1860 y 1992 se produjo un incremento global medio de unos 0,6ºC

Ver: Intergovernmental Panel on Climate Change, IPCC. Climate change 1995: the science of climate change, eds. J. T. Houghton et al., WMO and UNEP, Cambridge University Press, Cambridge, (1996).

Pero quizá el hecho que ha disparado las alarmas es que a pesar de que ha habido también periodos con estancamientos y ligeros descensos en la temperatura (por ejemplo entre 1945 y 1970), durante los últimos 20 años asistimos a un aumento más acusado de la temperatura global media tomada en superficie.


CO2 y los gases de efecto invernadero.

El papel que las diferentes actividades humanas juegan en este incremento ha sido y continúa siendo objeto de un intenso debate. Conocida la capacidad que tanto el CO2 como otros gases pueden tener para provocar el llamado efecto invernadero (*), parece lógico pensar que las grandes cantidades de estos gases vertidas a la atmósfera ejerciesen una lenta pero paulatina influencia.

(* La atmósfera es bastante transparente a la radiaciones solares de onda corta, que inciden sobre la superficie terrestre y provoca un calentamiento de la misma, en parte devuelto como radiación infrarroja emitida hacia la atmósfera. Pero algunos de los gases que esta contiene, como el dióxido de carbono, el metano o el óxido nitroso, pueden funcionar como una pantalla reflectante que impide que parte de la radiación infrarroja escape al espacio. A mayor proporción de dichos gases, más intenso es el fenómeno).

En este sentido, la mayoría de la comunidad científica coincide en que la emisión de gases de efecto invernadero así como otras partículas fruto principalmente de procesos actividades humanas como industria, transporte, y calefacción, junto con la deforestación global producida, tienen buena parte de culpa en el proceso global. El incremento en la cantidad de CO2 de la atmósfera ha pasado de las 290 partes por millón en 1900 a 315 ppm en 1960 y 370 ppm en el año 2000.

Esta es la posición que podríamos catalogar como actualmente "dominante" a la hora de buscar responsabilidades y es respaldada, entre otras instituciones, por el IPCC (Grupo de Expertos o "Panel" Intergubernamental para el Cambio Climático) de las Naciones Unidas. Sin embargo, no es la única corriente de pensamiento en torno al problema.


La influencia solar: los ciclos solares.

Durante los últimos doscientos años los científicos han considerado la posible existencia de variaciones en la energía emitida por el Sol como un factor que podría ser determinante en las oscilaciones climáticas de la Tierra. Recientemente varios trabajos han puesto de manifiesto una relación entre la variabilidad del ciclo de manchas solares y años más o menos cálidos.

En 1991 E. Friis-Christensen y K. Lassen observaron que podía existir una correlación entre la longitud de los ciclos solares, con una longitud media de aproximadamente 11 años pero con duraciones que oscilan entre los 7 y 17 años (otros estudios arrojan variaciones comprendidas entre los 9 y 14 años en función del periodo analizado), y etapas con una mayor actividad solar. En un gráfica que compara los datos recogidos en el informe del IPCC de 1995 sobre la variación de la temperatura media sobre la tierra en el hemisferio norte recogidos desde 1861 a 1989 con la longitud de los ciclos se ve que a los ciclos más cortos se corresponden con periodos más cálidos.

Ver: E. Friis-Christensen and K.Lassen, Length of the solar cycle: an indicator of solar activity closely associated with climate, Science 254, (1991), 698



Arriba: la gráfica (basada en la del trabajo de E. Friis-Christensen and K.Lassen) muestra conjuntamente las variaciones en la longitud de los ciclos de manchas solares (tomando los valores máximos como marcadores) y los datos de anomalías en la temperatura del hemisferio norte a partir de datos del IPCC.
(Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC),Climate change 1995:the science of climate change ,eds. J. T. Houghton et al., WMO and UNEP, Cambridge University Press, Cambridge - 1996).


Además, la hipótesis de la emisión de gases de efecto invernadero como responsable único del calentamiento global va en contra de lo que parece deducirse de algunos datos experimentales. Así, en la anterior gráfica de variación de temperaturas medias puede verse que se ha producido un mantenimiento en la temperatura global entre 1945 y 1970, con etapas en las que incluso descendió ligeramente, algo que no concuerda con el incremento de emisiones producido durante esos años.

Por otro lado, en los datos recogidos por diferentes satélites (ACRIM I y II, Nimbus 7 y ERBS) se ha observado que la denominada "Constante Solar", una magnitud utilizada para representar la emisión de energía por parte del Sol, es en realidad una variable que en los dos últimos ciclos solares ha oscilado un 0,1 por ciento.

Ver: C.Fröhlich and J.Lean,Pro. IAU Symposium 185 ,ed.F. L. Deubner, Kyoto. (1997).

Respecto a este último dato, la posición actual del IPCC considera que cifras de variación tan reducidas provocarían cambios climáticos que no pueden compararse con los ocasionados por la emisión de gases de efecto invernadero, por lo que su papel se vería muy reducido en comparación con los efectos de estos últimos. Sin embargo, las apreciaciones del IPCC en este último punto no son aceptadas por todos. Se esgrimen dos razones principales para ello.

La primera es que los datos de satélite solo recogen la variabilidad de los dos últimos ciclos solares, ignorando qué ha ocurrido en periodos anteriores. La variabilidad del 0,1 por ciento podría haber sido mayor.

La segunda indica que el valor del 0,1 por ciento representa la oscilación de la amplitud absoluta en la variación de la constante solar en una gráfica corregida ("suavizada" con los valores medios de tres ciclos de rotación solar de 27 días; por tanto cada punto de la misma representa la media de las observaciones realizadas durante 81 días) que no tiene en cuenta los grandes cambios entre los valores máximos y mínimos consecutivos que se producen en los datos recogidos, debidos a la rotación solar de las manchas solares. Si se tomaran en cuenta, el rango de variación aumentaría a un 0,22 por ciento, lo cual sí podría ser significativo y representar por sí sólo un incremento de hasta 0,3ºC según determinados autores.

Actualmente, científicos del NCAR  (National Center for Atmospheric Research, o Centro Nacional para la Investigación Atmosférica de Estados Unidos) trabajan en observaciones más detalladas sobre las variaciones en la emisión de energía por parte del Sol, y consideran que aunque reducida, la oscilación puede ser suficiente como para ocasionar cambios medibles en el clima. De hecho, la simulación realizada por el Modelo de Sistema Climático del NCAR coincide en establecer un paralelismo entre el pequeño enfriamiento global producido entre 1945 y 1970 respecto a la relativa baja actividad solar de ese periodo, aunque estima que la influencia solar podría representar sólo una tercera parte del calentamiento global desde principios de siglo.

Así pues, cada vez más grupos de científicos parecen coincidir en que pequeñas variaciones en la actividad solar, las cuales hemos comenzado a medir con exactitud durante los últimos 20 años, pueden tener su reflejo en el clima terrestre.

De los datos recogidos parece deducirse que los periodos con una menor actividad solar, reconocibles entre otros parámetros por una menor cantidad de manchas solares (cuyos registros más o menos fiables abarcan los últimos 200 años, aunque hay observaciones aún más antiguas que se remontan al periodo inmediatamente posterior al descubrimiento del telescopio, durante principios del siglo XVII), favorecen pequeños enfriamientos relativos en el clima terrestre. Así, durante el periodo comprendido entre 1645 y 1715, conocido como la Pequeña Edad de Hielo, y en el que no existieron apenas manchas solares, hay numerosos registros que indican que se trató de una época de bajas temperaturas y un clima riguroso.

No obstante, los mecanismos de actuación de este factor sobre el clima terrestre pueden no ser todo lo "directos" que podría parecer y el mecanismo causante podría ser más complejo de lo que en un principio podría suponerse.

El viento solar.

En 1951 Ludwig Biermann propuso la existencia de una "radiación solar corpuscular" para explicar el hecho de la existencia de las grandes y largas colas de los cometas, cuya orientación es siempre contraria a la posición del Sol, tanto cuando se acercan como cuando se alejan de este (tal y como observó Cuno Hoffmeister en 1943), y cuyo tamaño no se explica por la diferencia de velocidades que podría existir entre las partículas emitidas en el supuesto vacío espacial y el núcleo del cometa.

Años más tarde, en 1958, Eugene N. Parker propuso la existencia de dicha radiación solar corpuscular como parte de una explicación teórica sobre el equilibrio en la estructura de la corona solar, denominándolo "viento solar".  En 1960 el soviético K. I. Gringauz pudo comprobar esta teoría gracias a los datos de la sonda soviéticas Lunik 2, dato que fue corroborado más tarde por Herbert Bridge y Bruno Rossi gracias a las observaciones de los instrumentos a bordo de la sonda Explorer 10, de la NASA. Cuando en 1962 la NASA lanzó la nave Mariner II con destino a Venus, pudo no sólo verificarse de nuevo su existencia, sino que se vio que el viento solar no era uniforme, existiendo corrientes más intensas que se repetían con una periodicidad de unos 27 días, lo que al coincidir con el periodo de rotación solar, sugería que las fuentes giraban con él. (Realmente la velocidad de rotación del Sol no es igual en todas sus latitudes y mientras la parte central complete una vuelta cada 27 días, en los polos el giro tarda alrededor de 31, aproximadamente).

Hoy sabemos que el viento solar se trata de un flujo constante de partículas cargadas eléctricamente emitido por el Sol a grandes velocidades (alrededor de 400 Km/s, con una variación normal entre los 200 y 800 Km/s, aunque pueden registrarse valores mayores), formado principalmente por iones de hidrógeno (o protones, en una proporción de aproximadamente el 96% respecto del total), de helio (o partículas alfa, en aproximadamente un 4%), trazas de otros iones más pesados (oxígeno, carbono, etc) y electrones.



En realidad se trata de la corona solar expandiéndose en el espacio y, por ello, su densidad varía en relación a la distancia del Sol. Ejercen además una acción directa en la configuración de la ionosfera terrestre, cuya interacción provoca a su vez que su densidad varíe en función del campo magnético de la Tierra. A la altura de su órbita es de aproximadamente 6 partículas por cm3 (centímetro cúbico) con oscilaciones que normalmente varían entre los 3 y los 10 partículas por cm3, pero las diferentes zonas de la magnetosfera ofrecen mediciones que descienden a 1 partícula por cm3 en la parte más exterior de la misma, y valores inferiores a las 0,5 partículas por cm3 en zonas de los denominados lóbulos de la cola.

Sin embargo el Sol no es la única fuente de las partículas energéticas que inciden sobre la tierra.

De confirmarse este hecho, las estimaciones actuales sobre el papel de los gases de efecto invernadero en el calentamiento global tendrían que ser revisadas.

La actividad de los rayos cósmicos sobre la atmósfera terrestre, regulada por variaciones en el flujo del viento solar, podría ejercer una importante influencia sobre la formación de nubes.

El proyecto CLOUD, en el que intervienen científicos de 17 instituciones, intentará verificar esta hipótesis de forma experimental.

Los rayos cósmicos y la atmósfera terrestre.

La existencia de una fuente de ionización que afectaba a los electroscopios (detectores utilizados para medir diferencias de potencial) era un misterio para los científicos de finales del siglo XIX. En un principio se pensó que la fuente estaba en algún mineral de la corteza terrestre. Gracias a diversos experimentos, especialmente los realizados en 1910 por el suizo Albert Gockel y los efectuados por el físico austriaco (más tarde nacionalizado estadounidense) Victor Franz Hess entre 1911 y 1912, se pudo comprobar que el nivel de la ionización atmosférica, provocada por reacciones de alta energía del cual era responsable un agente desconocido, crecía con la altitud. Dichos experimentos se vieron continuados y confirmados por Robert A. Millikan quien introdujo el término "Rayos Cósmicos". Posteriormente Walther Bothe y Dr. Werner Kolhörster, establecieron que dichos rayos cósmicos eran en realidad partículas cargadas.

Hoy se sabe que los rayos cósmicos, de forma parecida al viento solar, son principalmente iones de hidrógeno (es decir, protones, que representan un 80-85% del total), de helio (o partículas alfa, aproximadamente el 12% del total), en menor medida de carbono, oxígeno y una proporción mucho menor de iones de hierro y otros elementos más pesados (representando todos ellos aproximadamente entre un 1% y un 5% del total), además de un 2% de electrones y positrones (en una proporción de 5:1). Una pequeña porción (aproximadamente el 0,1%) son rayos gamma.

No obstante, estas partículas se mueven a grandes velocidades, cercanas a la velocidad de la luz. Su rango de energías varía entre 10 +9 eV (10 elevado a 9 electrón Voltios) y 10 +20 eV, y su origen, al menos en aquellas con una energía de hasta 10 +16 eV, está en las ondas de choque generadas en la explosión de estrellas supernovas. (El origen de los rayos cósmicos de muy alta energía, superior a los 10 +19 eV, está aún sin determinar). Por otra parte, el Sol emite en las grandes erupciones solares partículas energéticas que podrían considerarse como rayos cósmicos, aunque debido a su baja energía (generalmente por debajo de 10 +9 eV o 1 GeV, aunque a veces pueden alcanzar valores en torno a los 10 GeV) en comparación con los anteriores, se agrupan en una categoría diferente: las llamadas Partículas Energéticas Solares (Solar Energetic Particles o SEPs).

En 1997 H. Svensmark and E. Friis-Christensen descubrieron una correlación entre la intensidad de los rayos cósmicos que inciden sobre la Tierra y su cubierta nubosa global. Observaron que en los periodos en los que se registraban mayores intensidades de rayos cósmicos aumentaba globalmente la capa nubosa.

Ver: Svensmark, H. & Friis-Christensen, E.: Variation of cosmic ray flux and global cloud coverage - a missing link in solar climate relationships. J. Atm. Sol. Terr. Phys. 59 (1997), 1225.

De acuerdo con estudios recientes efectuados por investigadores del  Instituto de Investigaciones Espaciales Danés, en Copenhagen, la causa principal en las oscilaciones del número de rayos cósmicos recibidos en la Tierra se debería a las variaciones en el flujo de viento solar emitido, ya que este actua como un escudo protector frente a los primeros. En los periodos con una emisión más intensa de viento solar, que coinciden con un mayor número de manchas solares, se produce un aumento en la densidad de partículas por cm3 de aquel, y por tanto aumenta la posibilidad de colisiones entre estas y los rayos cósmicos, obstaculizando su llegada a la Tierra.

La incidencia de los rayos cósmicos en la atmósfera terrestre provoca fenómenos de ionización por colisión ("rotura" de moléculas y/o pérdida o ganancia de uno o más electrones). Esta es más intensa en las zonas superiores de la atmósfera y disminuye a medida que descendemos en la misma. Estaría también relacionada con la producción de aerosoles (partículas de entre 0,001 y 1 micra de diámetro de líquidos o sólidos que por su pequeño tamaño están suspendidos en el aire entre los cuales se incluyen polvo, sal marina, hollín y restos procedentes de la combustión de materia orgánica, sulfatos, nitratos, etc) y/o su crecimiento. Se piensa también que los rayos cósmicos influirían en la formación de micro partículas de hielo en las nubes altas.

Los aerosoles actuarían a su vez como nucleos de condensación de nubes, a modo de "siembra" que permitiría su formación (la microfísica de nubes indica que es necesaria la presencia de pequeñas partículas de tamaño micrométrico con gran afinidad por el agua para que se produzca su formación en condiciones atmosféricas, cuyo papel sería actuar como núcleos de condensación en lo que se ha dado a conocer como nucleación heterogénea).

Una comparación de las gráficas sobre variaciones globales absolutas en la absorción del infrarrojo (con longitudes de onda entre 10 y 12 micrómetros) de la cobertura de nubes tomadas de los datos del Proyecto Internacional de Observaciones por Satélite sobre el Clima y las Nubes (International Satellite Cloud Climate Project, ISCCP) y la variación en el flujo de rayos cósmicos muestran una correlación bastante significativa entre la intensidad de estos y la frecuencia de nubes bajas (cuya altitud es inferior a los 3.200 metros).

Ver: N.Marsh and H.Svensmark, Low cloud properties influenced by solar activity, enviado a Geophys. Res. Lett. (2000)



Arriba: mapas de correlaciones globales entre el flujo de rayos cósmicos y la frecuencia de nubes o cobertura (a), y la temperatura en la zona superior de la capa nubosa (b), ambos referentes a nubes bajas. Los valores medios de las zonas con un coeficiente de correlación sobre 0,6 son del 14,2% para el primer caso y del 29,6% en el segundo. En este último, sorprendentemente puede observarse que la correlación es más intensa en las zonas cercanas al ecuador magnético terrestre, en donde los efectos de la modulación de los rayos cósmicos por el viento solar deberían ser algo menores que en latitudes magnéticas altas. La probabilidad calculada de obtener un coeficiente de correlación mayor o igual de 0,6 de forma aleatoria en uno de los pixels de la gráfica es del 0,01%. (Imagen cortesía de Nigel Marsh, Danish Space Research Institute)



Arriba: variación de la capa de nubes bajas global y la variación en el flujo re rayos cósmicos medidos en la estación de Climax, Colorado (USA). (Imagen cortesía de Nigel Marsh, Danish Space Research Institute)


El efecto de la capa nubosa sobre el balance de radiación recibida/emitida por la Tierra varía en función del tipo de nube. Así, aquellas de pequeño grosor situadas a altitudes medias y altas favorecen el calentamiento global ya que son relativamente transparentes a las longitudes cortas de onda (energía recibida) pero opacas para longitudes de ondas infrarrojas (energía irradiada por la Tierra debido al calentamiento de su superficie). Sin embargo, si se analiza el papel desempeñado por aquellas de mayor grosor o en las situadas en las capas bajas de la atmósfera (estimadas en su conjunto) se ve que respecto al balance energético predomina el efecto de reflexión de las radiaciones recibidas (albedo) frente a la energía que impiden se irradie al espacio.

Como el incremento en los rayos cósmicos, modulado por disminuciones en la actividad solar, estaría asociado a incrementos en la formación de nubes bajas, ello favorecería un enfriamiento relativo de las temperaturas en superficie, y viceversa.

El proyecto CLOUD.

Para estudiar en detalle el mecanismo antes descrito, científicos de 17 instituciones y universidades internacionales han propuesto el proyecto CLOUD (Cosmics Leaving OUtdoor Droplets):

University of Aarhus, Institute of Physics and Astronomy, Aarhus, Denmark
University of Bergen, Institute of Physics, Bergen, Norway
CERN, Geneva, Switzerland
Danish Space Research Institute, Copenhagen, Denmark
Finnish Meteorological Institute, Helsinki, Finland
University of Helsinki, Institute of Physics, Helsinki, Finland
University of Helsinki, Lab.of aerosol and Environmental Physics, Helsinki, Finland
Ioffe Physical Technical Institute, Dept.of Fusion Technology, St.Petersburg, Russia
University of Kuopio, Department of Applied Physics, Kuopio, Finland
Lebedev Physical Institute, Solar and Cosmic Ray Research Laboratory, Moscow, Russia
University of Leeds, School of the Environment,Leeds, United Kingdom
University of Mainz, Institute for tmospheric Physics, Mainz, Germany
Max-Planck Institute for Nuclear Physics (MPIK), Atmospheric Physics Division, Heidelberg, Germany
University of Missouri-Rolla, Cloud and Aerosol Sciences Laboratory, Rolla, USA
University of Reading, Department of Meteorology, Reading, United Kingdom
Rutherford Appleton Laboratory, Space Science & Particle Physics Depts., Chilton, United Kingdom
University of Vienna, Institute for Experimental Physics, Vienna, Austria



Su funcionamiento se basa en la creación de una cámara especial de nubes (siendo estas mecanismos destinados a permitir la detección de los rastros de partículas cargadas tales como rayos cósmicos, conocidos también como cámaras de Wilson), diseñada para reproducir las condiciones existentes en la atmósfera (algo no conseguido hasta la fecha), en la que se analizarían los efectos de un haz de rayos cósmicos ajustable. Como fuente para el mismo se ha propuesto la utilización del Sincrotrón de Protones (Super Proton Synchrotron accelerator o SEP) que el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), aunque su utilización está actualmente pendiente de aprobación.

Las metas principales del proyecto CLOUD son:

Estudiar la relación entre los rayos cósmicos y la formación de grandes iones, partículas de aerosol, gotitas y cristales de hielo.
Comprender los mecanismos microfísicos que conectan los rayos cósmicos con los cambios en las partículas de aerosol y con las nubes.
Simular los efectos de los rayos cósmicos sobre las propiedades de aerosoles y nubes bajo condiciones atmosféricas.

« Última modificación: Sábado 03 Septiembre 2005 12:12:51 pm por Nyana »
Navalcarnero, en el Suroeste de Madrid, a 661 m.s.n.m.
Precipitación Media Anual (2.006-2.023): 406,35mm.
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Re: *** Seguimiento temperatura global
« Respuesta #65 en: Sábado 03 Septiembre 2005 03:15:29 am »
Y otra cosita mas de la pagina web de Antón Uriarte :

Nubosidad y radiación cósmica

Los rayos cósmicos galácticos consisten en partículas muy energéticas (fundamentalmente protones) que se originan en supernovas de nuestra galaxia, fuera del Sistema Solar. Es posible que la radiación cósmica que entra en la atmósfera terrestre ayude, por procesos ionizantes, a que aumente la concentración de núcleos de condensación en el aire y, en consecuencia, a la formación de más nubosidad (Carslaw et al. 2002).

Se sabe que el incremento de la intensidad del viento solar —que es también un flujo de partículas ionizadas pero de menor energía— hace que disminuya la entrada de radiación cósmica en todo el Sistema Solar, incluída la atmósfera terrestre. El viento solar, modificando el campo magnético interplanetario, actúa, por lo tanto, como un escudo que rechaza la entrada de los rayos cósmicos intrusos venidos de otras estrellas.

El carbono-14 , isótopo inestable del carbono, se forma continuamente en la atmósfera por el choque de rayos cósmicos galácticos con átomos de nitrógeno. Cuando en un fósil o en la madera de un anillo de árbol, del que ya se conoce su edad por otros métodos, se encuentra una anomalía con respecto al porcentaje de 14C que le correspondería contener, ello indica que en la época en que vivió ese fósil, o creció ese anillo de árbol, pudo haber una anomalía en la producción de 14C atmosférico y, por lo tanto, en la intensidad de la radiación cósmica galáctica que alcanzaba entonces la Tierra. Pero la llegada de mayor o menor radiación cósmica galáctica depende inversamente de la intensidad del viento solar que la intercepta. Por eso, finalmente, se puede deducir que las anomalías detectadas en el 14C dependen de las anomalías de la emisividad solar.

Las épocas en las que hubo una mayor producción de 14C se corresponden con épocas de menor actividad solar (y más radiación cósmica incidente). Si además se produce un incremento del berilio-10 (10Be), un isótopo del berilio que es también cosmogénico, la hipótesis de una menor actividad solar se refuerza. Tal es el caso de los mínimos de Wolf, Sporer y Maunder ocurridos en el transcurso del último milenio.

A mayor actividad solar debe corresponder menor radiación cósmica, y menor nubosidad. Por el contrario, a menor actividad solar debe corresponder más radiación cósmica, y mayor nubosidad. En este sentido, se ha constatado que la cubierta total de nubes sobre la superficie de la Tierra, medida por aparatos satelitarios desde 1979, oscila entre un 65 % y un 68 % , y esta variación parece haberse correlacionado, en lo que a la cubierta de nubes bajas se refiere (hasta 3 km de altura), con las variaciones en la incidencia de radiación cósmica sobre la Tierra.

El viento solar tiene influencia en la actividad geomagnética terrestre. Su intensidad, a lo largo del siglo pasado, ha mostrado una tendencia al alza. Correlativamente ha habido una disminución de la incidencia de radiación cósmica galáctica y una menor formación de nubes bajas, lo que, según esta teoría, habría provocado un aumento de las temperaturas superficiales de la Tierra (ver figura).

Investigadores daneses dirigidos por Friis-Christensen (Friis-Christensen, 1991) han encontrado también una correlación positiva entre la duración de los ciclos solares y las temperaturas del siglo XX. Se observa que en los períodos de ciclos solares cortos la temperatura media de la superficie de la Tierra aumenta y disminuye cuando los ciclos se alargan. Cuando los ciclos son cortos, el Sol está más activo, más brillante. Hay más viento solar y menos nubosidad: la superficie terrestre se calienta.

Sin embargo, toda esta teoría de la relación entre la nubosidad y los rayos cósmicos no ha sido aún demostrada fehacientemente, ya que las mediciones satelitarias de la nubosidad global abarcan aún un período muy corto (ver evolución). Y, por ejemplo, no se han tenido en cuenta los efectos térmicos diferentes en superficie que provocan las nubes según su altura. Tampoco se explica que, a pesar de que la oscilación en la entrada de la radiación cósmica es más intensa en las latitudes altas, la correlación entre la nubosidad y la radiación es allí menor que en las latitudes medias y bajas (Kernthaler, 1999).

Una teoría más reciente relaciona la variabilidad solar con la nubosidad, no a través de las variaciones inducidas en la intensidad de los rayos cósmicos, sino por su influencia en la formación de ozono estratosférico. Se sabe que en los ciclos solares de once años los cambios de radiación ultravioleta, productoras de ozono, son relativamente importantes. La mayor o menor producción de ozono acaba teniendo influencia en el calentamiento estratosférico, e indirectamente este calentamiento afecta a la circulación troposférica. Sería esto último lo que modificaría la nubosidad y lo que explicaría que se encuentren correlaciones importantes entre la variabilidad solar y la extensión de la capa de nubes en regiones como Estados Unidos (Udelhofen, 2001).



En el gráfico de la figura, las manchas solares están representadas hacia arriba y los rayos cósmicos hacia abajo.



referencias:
Carslaw K.S. et al., 2002, Cosmic rays, clouds and climate, Science, 298, 1732-1737
Friis-Christensen E. & Lassen K., 1991, Length of the Solar Cycle: an indicator of solar activity closely associated with climate, Science, 254, 698-700
Kernthaler S. et al., 1999, Some doubts concerning a link between cosmic ray fluxes and global cloudiness, Geophysical Research Letters, 26, 863-865
Udelhofen P. & Cess R., 2001, Cloud cover variations over the United States: an influence of cosmic rays or solar variability ?, Geophysical Research Letters, 28, 2617-2620

« Última modificación: Sábado 03 Septiembre 2005 11:58:05 am por Nyana »
Navalcarnero, en el Suroeste de Madrid, a 661 m.s.n.m.
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Re: *** Seguimiento temperatura global
« Respuesta #66 en: Sábado 03 Septiembre 2005 11:37:28 am »
Oye Nyana, este articulito "Nubosidad y radiación cósmica" me lo has copiado entero, eh ? En fin, en fin, en internet vale copiarse, pero tanto !
http://homepage.mac.com/uriarte/trayoscosmicos.html

Juasss !!!  ;D .  Eso pasa por tener una pagina tan bien colocada en los buscadores. Pon un anuncio de esos de que se permite la reproducción de la información contenida en la web, PERO CITANDO LAS FUENTES  ;).

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Re: *** Seguimiento temperatura global
« Respuesta #67 en: Sábado 03 Septiembre 2005 11:38:26 am »

"El sol" no puede explicar el calentamiento de los últimos 20 años.


Los modelos físicos que engloban el forzamiento rafiativo del CO2 sí que consiguen explicarlo. ¿Casualidad?



¿Y acaso crees que si no estuviese el sol ahí, algo aquí podría forzar nada? Es que los ciclos solares y lunares no lo afectan ABSOLUTAMENTE TODO, en este planeta?
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Re: *** Seguimiento temperatura global
« Respuesta #68 en: Sábado 03 Septiembre 2005 11:40:13 am »
Oye Nyana, este articulito "Nubosidad y radiación cósmica" me lo has copiado entero, eh ? En fin, en fin, en internet vale copiarse, pero tanto !
http://homepage.mac.com/uriarte/trayoscosmicos.html

Juasss !!!  ;D .  Eso pasa por tener una pagina tan bien colocada en los buscadores. Pon un anuncio de esos de que se permite la reproducción de la información contenida en la web, PERO CITANDO LAS FUENTES  ;).
;D ;D ;D

Vas a tener que ponerte un cartelito en la Web que diga ¡OJO!, POSTEO EN METEORED. TE VEO, por que no es la primera vez que he visto que te ocurra  ;D ;D ;D
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Re: *** Seguimiento temperatura global
« Respuesta #69 en: Sábado 03 Septiembre 2005 11:43:29 am »

"El sol" no puede explicar el calentamiento de los últimos 20 años.


Los modelos físicos que engloban el forzamiento rafiativo del CO2 sí que consiguen explicarlo. ¿Casualidad?



¿Y acaso crees que si no estuviese el sol ahí, algo aquí podría forzar nada? Es que los ciclos solares y lunares no lo afectan ABSOLUTAMENTE TODO, en este planeta?

He dicho modelo que engloba al CO2, no exclusivo del CO2  ;D ;D

Es decir, modelos de: sol+ CO2+metano+NO3+albedos+...

Saluts!  ;)

Mammatus ©

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Re: *** Seguimiento temperatura global
« Respuesta #70 en: Sábado 03 Septiembre 2005 11:43:54 am »
Bueno, me imagino que Nyana lo ha hecho sin mala intención y no se ha dado cuenta de poner el autor. Si fuera otra persona quizás, pero tratandose de Nyana, no le daría mayor importancia, estoy seguro que el se dará cuenta y rectificará.

Yo por ejemplo tiro muchísimo de la página de Silvia Laroca, y me cuido siempre de poner la fuente.

Saludos

Desconectado Gustavo

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Re: *** Seguimiento temperatura global
« Respuesta #71 en: Sábado 03 Septiembre 2005 11:48:18 am »
Mammatus, si nadie dice lo contrario  ;).